Tres cuartas partes de liebre bastaron para finiquitar la collera de la final de la liga. Una vez más el macho de Fuentesauco salía como un tiro de la trailla y otra vez volvía a llegar a liebre pero se pasaba de ella lo que aprovechaba la galga de Palencia para meterse con la liebre. La liebre se veía que no era de tiro y llegaba a un perdido dando un crono en torno al minuto y medio. La galga era amonestada y ya no era necesario correr otra liebre más ya que las normas internas de la liga de trapo son claras en cuanto a que con una amonestación el galgo es descalificado automáticamente.
Cuando acabó la liga fuimos a echarle una mano a los amigos de la otra parte de La Unión que este año están muy flojos de liebres.
Los galgos de la final con sus dueños. |
Cuando acabó la liga fuimos a echarle una mano a los amigos de la otra parte de La Unión que este año están muy flojos de liebres.